sábado, 9 de junio de 2012

Capítulo 6 Persecución.

Mi nombre, Fernando, uno de los vampiros más buscados por las sombras, y el que siempre huye de su pasado por el bien de mi único amor. Los ataques había comenzado, Sofía estaba a punto de saber la verdad de nuestra familia, se encontraría con mi padre en el bosque de los Elfos, en donde por alguna extraña razón correría riesgo, tenía miedo por ella así que no dejaría que nada le pasara mientras yo estuviera cerca, pero claro no me acercaría a ella.


El día había comenzado, era temprano, me levante de la cama y me asome por la ventana de mi departamento


entre a la regadera, en donde el agua fría congelo mi cuerpo, por algunos rumores de los elfos de la ciudad me había enterado que mi padre estaría en el bosque desde la 1 de la tarde, por lo cual Sofía se vería con él entre esas horas. Salí de la ducha y me coloque mi ropa.


Cogí un poco de fruta de plasma y comencé a masticarla, recordaba aquel día en donde por accidente probé la sangre de Sofía, ella se había cortado un dedo y me obligo a probar su sangre, desde entonces me condeno a alejarme de ella, los vampiros no podíamos probar sangre humana sin matar a la víctima, los único que podían hacerlo eran las sombras, una clase de vampiros con sangre por sus venas, los cuales vivían exclusivamente de la sangre que robaban de los hombres.


El timbre de mi departamento sonó, era Cleitor, mi fiel amigo Cleitor, entro al departamento sin mi permiso, sabía que me traería noticias de Sofía, no había visto a Cleitor desde que fue al velorio de la madre de Sofía. Nos sentamos en el comedor, mientras el probaba bocado de mis frutas.


-¿Qué averiguaste?

-Bueno como me imagino ya sabes que Rose y las sombras han atacado a tu noviecilla, pero nada que tu padre y yo no pudiéramos controlar- dijo él con una mirada de preocupación- pero entre el clan hemos tomado una decisión, nunca más podrás ver a Sofía por tu bien, así que hoy Luis la llevará a un lugar seguro-.

-¡Como se atreven!, separarme de ella, conmigo no le pasará nada, ella es parte de mi cuerpo, de mi vida. ¿En donde la dejarán?- Dije gritándole-.

-Tengo prohibido decírtelo, es mejor que te calmes, es por el bien de todos, aun que te cueste entenderlo es lo mejor, nunca más la podrás ver- Dijo el viéndome firmemente-

-¡Lárgate!, si el maldito clan quitará mi felicidad, me largo de él, no les perdonaré esto- dije mientras Cleitor se iba-.

-Piénsalo bien, es una decisión estúpida- sonó la puerta-.


El clan estaba en mi contra desde ahora en adelante, tenía que hacer algo, y lo mejor es provocarlos de una buena vez. Salí del departamento corriendo hacia Cleitor el cual estaba en las escaleras. Tome su brazo, y lo detuve. 

-Dile a tu clan que Fernando ya no forma parte de ellos, y de paso diles que nadie ni nada me separará de Sofía, entiendan de una buena vez.

-Tranquilo, nunca podrás estar con ella, ella no vivirá en Brigesport como tu- dijo él con una risa- al clan no le afectará tu partida, pero solo recuerda que no más protección para ti-.


Lo deje ir, el muy cobarde se largo sin decirme más nada, necesitaba saber a dónde llevarían a Sofía, si no era en Brigesport, podía ser Sunset Villey por el hecho de que hay no hay vampiros. Espere que Cleitor desapareciera para salir al bosque, tendía que viajar un largo camino para llegar allá antes de que Sofía llegará y enfrentarme con mi padre, el cual me diría lo que harían con Sofía.


Comencé a correr rápidamente, la fuerza que podía llegar a tener en un momento como este era impresionante por lo cual no me tardaría demasiado, corrí lo más rápido que mi piernas podían, nadie podía ver mi cuerpo, pero si sentir el aire que dejaba, me escullían por los arboles y corría por las sombras. 


Me tarde una hora y media en llegar a la ciudad, el bosque de los elfos estaba cerca, pero no podía entrar como cualquier persona, por el simple hecho de que los elfos no me dejarían pasar, eran la 1 de la tarde, podía ver a Sofía en medio del bosque acorralada por 4 elfos del lugar.


Me acerque más al lugar, el tiempo pasaba rápido sin no poder hacer nada, mi padre no aparecía por ningún lado y yo no debía acercarme, eran las 3 y los malditos le habían clavado un cuchillo a Sofía.


llame telepáticamente a mi padre, el cual apareció al instante con Deidi


corrí hacia el elfo de cabello amarillo y clave mi cuchillo su sangre azul corrió por él mientras que mi padre asesinaba al otro.


Deidi por otra parte curaba a Sofía. Salí del lugar antes que Sofía se diera cuenta de mi presencia.


Ellos se fueron dejándome con aquellos dos elfos en el suelo, cogí al hermano de Deidi y lo deje cerca de un árbol para que pudiera ser curado.


al otro lo tire al lago en donde tendría su triste final, me tenía que acercar a la casa de Deidi para saber a dónde llevarían a Sofía, no podía dejarla ir. 


Camine hacia el lugar, pude escuchar un poco la conversación, mi padre le contaba todo lo que sucedía en mi vida, y como influía esto en su vida. No lograba escuchar muchas cosas, pero si pocas cosas como el “Glamur francés” que salió de la mente débil de Deidi.


Me alejé de la casa, para que no se dieran cuenta de mi presencia, mi padre me había visto igual que Deidi y por lo mismo no tardarían demasiado con Sofía, vi la hora, eran las 8 de la noche, el tiempo volaba como el águila.


Me escabullí por los arboles y observe la belleza de Sofía en el techo de aquella casa, Luis me vio en medio de la noche mientras saltaba desde el edificio con Sofía en su espalda, nuestras miradas se encontraron.


me di la vuelta y me marche detrás de ellos.


Mi padre era muy rápido y yo no me encontraba en buen estado, pero entre tantos arbustos, camino y mucho cansancio, los perdí de vista, pero me di cuenta en donde estaba, era Brigesport, la ciudad de los vampiros, parecía que Luis había decidido dejarla en Brigesport, tal vez para despistarme o solo para ponerla más cerca de mí, no lo sabía ahora solo me quedaba investigar su paradero lo cual sería lo más difícil.


Eran las 11:30 de la noche debía descansar para ir al “Glamur francés” tal vez hay encontraría una pista sobre Sofía, la cual me llevaría a su paradero. Los malditos del clan me habían engañado, por primera vez me sentía mal, tome aire y me retire a mi piso en donde por fin podría descansar.


Entre a mi departamento, mi padre estaba dentro esperándome. 

.

-Fernando, por la seguridad de Sofía no la busques, ella estará bien

-Tú que sabes, si lo único que haces es alejarme de mi único amor, eres un maldito miedoso, conmigo ella estaría bien, nunca le pasaría nada.

-Sabes que no es así, ellos te buscan y tu estas condenado, no puedes acercarte a ella, su amor esta maldito, nunca se podrán unir, nunca, entiende un vampiro no puede unirse a un humano.

-Yo no me separaré de ella, sin importar nada, prefiero morir con ella que alejarme.

-Te lo advertí…


Mi padre se fue de mi departamento dejándome nuevamente solo, parecía que nada estaba a nuestro favor, el destino no quería que me encuentre con Sofía, pero mi corazón la llamaba a cada minuto, necesitaba oler su cabello, besar sus labios y tocar su cuerpo. Necesitaba amarla, quererla, abrazarla y tenerla siempre. Me quite la ropa, apague las luces y proseguí a dormir, el día de mañana sería largo y necesitaba verla, no podía vivir sin ella, mi cuerpo la llamaba.


Mi noche fue de lo más agitada, el maldito pensamiento de Sofía no me dejaba dormir. 


Tome café, vi la hora las 9 de la mañana, me bañe, me vestí y tome mi plasma diaria, me fui hacia la tienda, “glamur francés”, sabía en donde quedaba, así que tal vez encontraría alguna pista. 



El lugar estaba más vacio que nada, eran las 11:40 y la recesionista solo me miraba de arriba abajo intentando ligarme.
-Buscas a alguien lindura, si no es así salgo a la 1- dijo ella acercándose-.

-No gracias, no salgo con nadie desconocida y menos como tú.

-Pero que pasa, te hace falta un masaje, yo te lo daría con gusto, solo para ver ese abdomen hermoso que debes cargar debajo de esa playera- dijo ella con una mirada picarona-.

-Me llevarías con la dueña del lugar necesito hablar con ella- dije cortando la conversación-.

-Si está bien, pero con la condición de que cuando salgas hablemos un rato de nosotros.

-Está bien- tenía que hacerlo, tal vez Sofía había venido muy temprano al lugar y sabían algo de ella-.


Entre a esa fina oficina, dentro se encontraba Adela la cual era la propietaria de la tienda, cuando era joven fue una reconocida modelo y diseñadora de ropa para dama y caballero, se volvió empresaria cuando murió su esposo, un magnate de las ventas y fraudes más grandes de la ciudad.

-¿Qué deseas?- dijo ella mientras me miraba de arriba abajo- tal vez tenga un trabajo para ti como modelo…

-No vengo por trabajo, si no por una persona, Sofía, una joven con pecas, ojos azules que tiende a salir sola y es un poco penosa. ¿la conoce?- dije con la esperanza de una respuesta buena-.

-No, disculpe ella no trabaja aquí, y ese nombre no me suena…- mi última esperanza se desvanecía.-



Y ahí fue cuando me di la vuelta y ella entraba en la oficina. Mi Sofía estaba en el mismo lugar que yo, el destino nos puso en el lugar indicado. Me quede congelado mientras ella me veía con esos ojos de felicidad, me temblaron las piernas por un instante, guarde la calma pero las palabras no lograban salir, solo quería abrazarla, solo eso.

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