jueves, 14 de junio de 2012

La bruja y el lobo

El pueblo estaba en la casería de brujas, quien podría creer que un pueblo como Wosbru existieran esa clase de persona, por lo que se decía se les podía ver en el bosque y en el día se comportaban como personas normales. La noche había llegado y en medio del bosque se encontraba aquella mujer de aspecto joven y cabello amarillo apreciando la luna entre los árboles. Alrededor de la fogata dijo su nombre una y otra vez esperando que apareciera entre la oscuridad.

-¡Harry, Harry! Sé que estas aquí, ven a mí, Harry no tengo mucho tiempo- dijo mientras observaba el bosque-.


neblina llenaba el lugar haciendo una escena terrorífica, la joven de cabello lacio puso sus manos en el fuego mientras ardía el calor de aquella fogata, como arte de magia aquella leña se prendió aun más. –Harry no me hagas quemar tu bosque- dijo ella viendo los arbusto, un aullido sonó una y otra vez en el bosque, se acercaba más al lugar en donde estaba ella. 



Entre los árboles se podía ver aquellos ojos marrones corriendo, era un animal que poco a poco iba tomando la forma de un hombre grande y corpulento con cabello largo.

-Mi dulce bruja, te atreves amenazar al que te ha cuidado durante estos últimos años, que fuerte te has hecho- dijo el hombre acercándosele-.

-Mi familia me enseño todo lo que sé, no podía desperdiciar esta oportunidad de heredar esos poderes- dijo ella apagando la fogata-.


Los arbustos se movieron entre la oscuridad del lugar, solo la luna iluminaba la zona, el hombre la abrazo fuerte y la beso. La neblina se mostro mejor ahora mientras ellos se besaban, que estaba pasando en el lugar, nadie lo podía saber. 


Entre la oscuridad se escucharon pasos, se apreciaba entre los arboles varios ojos rojos, El lobo soltó a su amada y observo aquellas criaturas, los vampiros se encontraban el lugar.

-¡Alejad de ella!- grito el hombre mostrando su mandíbula con un leve rugido-.

-Ella tiene el poder de sacar a los nuestros, ella abrirá la tumba en donde los tienen encerrados, dármela, dármela- dijo uno de los vampiros-

-Clove huid de aquí- Grito el señalando a su amada-



Clove corrió, rápidamente por el bosque mientras Anselm se quedaba con aquellos vampiros, la luna subía más por los cielos mientras que los animales corrían por el lugar. En el pueblo se comenzaba a organizar una caza de Brujas, los habitantes ya tenían las antorchas encendidas con ganas de quemar a las brujas del pueblo, se había identificado algunas de ellas cerca de los poblados así que no sería duro llegar a sus hogares. 


Anselm estaba siendo atacado por aquellos demonios de la noche, nunca se había visto el ataque de vampiros contra lobos, pero se comenzaba hacer un odio entre ellos, por lo tanto si asesinabas a uno de ellos era dar la guerra eterna de estas dos razas. Anselm sabía el punto débil de cualquier vampiro en la tierra, la “antisip” una formula producidas por brujas que causan quemaduras en el cuerpo de cualquier vampiro, Anselm no se dejaría asesinar antes de defenderse así que hecho la sustancia en uno de ellos amenazando a los demás de tener guardar más de esa sustancia en sus bolsillos.

-Sabía que no serías un lobo fácil, pero tranquilo somos más que tu, y la antisip no te alcanzará para todos nosotros-.

-Solo hago tiempo estúpido Demonio- dijo el viendo la luna irse un poco-.

-No te preocupéis que aunque llegue el sol la neblina nos cubrirá del daño que nos causa, el bosque nos protege- dijo uno de ellos viendo a Anselm-.


Clove llego por fin al pueblo preocupada por su fiel enamorado, se escabullo entre la población sin darse cuenta que la matanza se acercaba. Entro a su hogar y recogió su libro de conjuros, lo hechizo para que quedara del tamaño de un ajo, para así trasportarlo, estaba a punto de huir, cogió todas su cosas e hizo lo mismo que con su libro, tenía todo guardado en una pequeña bolsa de su vestido, ya estaba lista para emprender el camino.


Clove se acerco a una cuna de su casa en donde estaba un bebé.

-Cariño tendrás que soparte la perdida de tu madre, los vampiros me quieren muerta y tu padre esta bueno, el está luchando por salvarnos, sé que no me entenderás pero recordarás esto siempre- dijo ella cogiendo a su bebé-.


Ella cogió a su bebé y salió de su hogar abandonando a su tierra, en fondo de la ciudad se acercaba una turba furiosa se de fuego y rencor contra las brujas, y ella era una. Su último conjuro en esta vida sería invocado hoy, señalo la turba y encendió más las llamas de aquellas personas, un calor insoportable comenzaba hacer mientras el llanto del poblado comenzaba, siguió caminando a su lugar para buscar un refugió a su niña.


El lobo vio la ola de calor que venía, estaba herido y a punto de morir, pero tenía una escapatoria, no todo estaba perdido, cogió fuerza y corrió hacia la ola de calor, los vampiros lo siguieron, pero lo dejaron ir, el calor los mataba más que el sol, así que Anselm pudo salvarse esta vez, pero su esposa en donde estaba, no lograba ya olerla cerca por lo cual estaba más lejos de lo normal. Anselm sabía que ella escapaba pensando que él estaba muerto así que decidió seguir el camino que su olfato le mandaba.


Clove había caminado demasiado y estaba cansada, sus poderes no tenían fuerza para nada y debía continuar, pero el peso de su hija lo impedía, así que tomo una decisión dolorosa, ella sabía que pronto moriría así que dejo la vida de su infante en manos de la naturaleza, la coloco en el rio y entre su manta coloco la bolsa de ajos, utilizo su ultima fuerza e hizo que la pequeña pudiera flotar en el agua fría y cristalina, había dejado ir a su hija.


Del otro lado del fuego estaba aquel clan oscuro y siniestro de vampiros planeando la forma de asesinar al lobo y a su mujer.


-Caín eres el más joven de todos, deberás de usar tu habilidad y encontrar a la bruja antes que el lobo, nosotros nos encargaremos de los demás lobos de la zona- dijo el jefe del clan ordenando al discípulo más joven-.

-Si padre, quiero probar la sangre de esa mujer, saborearla y devorarla a la luz de la luna-.


El licántropo estaba cerca de su amada podía olfatearla, pero un aroma diferente había en el lugar, un no-muerto se encontraba allí, y se movía a gran velocidad entre las sombras y los arboles, el lobo no podía seguirle el paso por las heridas causas por los vampiros pero si podía intentar salvar a su esposa e hija.


Clove estaba más que cansada, no tenía ganas de seguir, su vida había acabado y solo quería descansar. Caín la vio de lejos hay parada sin movimiento, olio su sangre, su cuerpo tenía sed, quería matar. 


Anselm había llegado pero no tan cerca para proteger a su amada, Caín le había clavado sus colmillos en el cuello como un animal, se la estaba devorando poco a poco, la sangre corría pintando el rio de rojo, Clove gritaba mientras Anselm lloraba solamente, no podía hacer ya nada, si atacaba a Caín moriría en el instante.



Del otro lado del bosque la casería de lobos comenzaba, se corría la sangre de ellos por todo el lugar, los vampiros se los comían, o solo los mataban sin compasión, la Luna ya no estaba y ellos perdían gracias a eso. Los vampiros habían dominado a los lobos solo dejando algunos sobrevivientes que por suerte pudieron escapar hacia las montañas. La guerra entre los licántropos y vampis había comenzado.


Caín estaba como una bestia, había perdido la cordura, asesino a un bruja y quería más sangre, no reaccionaba y nada le quitaba la sed. De lejos pudo ver a Anselm el cual solo lo veía con odio, Anselm intento huir pero no pudo, el poder de un vampiro luego de ingerir sangre fresca es impresionante. 


El lugar se baño de sangre de dos enamorados mientras Caín se llenaba más de ganas de matar, no podía controlar su sed. 



Corrió con su clan para poder calmarse en donde lograrlo controlarlo.

-Muy bien hecho hijo mío, sabía que no me defraudarías, el clan se siente orgulloso de ti- dijo su padre abrazando a su hijo-


-Nunca los decepcionaría, nunca me iría de su lado- dijo Caín sonriendo-


Brigesport: Actualidad

En aquel lugar llenos de luces, entre las montañas se podía ver aquella bella dama, buscando venganza de los que alguna vez asesinaron a sus padres hace 149 años atrás dejándola sola en el mundo, su madre le dejo todo lo que ella debía saber y heredar, el libro de hechicería era su única salida para asesinar a los que alguna vez la hicieron sufrir. Su nombre Rina Hallen descendiente de una bruja y un hombre lobo, es una de las pocas sobrevivientes de la casa de bruja en el mundo. 


Se teletrasporto como cualquier bruja antigua y camino por la ciudad, ahora viviría sola en una de las casa de la ciudad, en donde planearía la venganza contra el clan de aquellos vampiros sin piedad y de paso asesinar primero a Caín, le causante de la muerte sin dolor de sus padres. Ustedes se preguntarán como ella supo todo esto, sencillo en aquel saco de ajos había una especie de guarda vidas, el cual muestra las últimas horas de sus padres antes de morir…

Rina no solo era una bruja cualquiera, ella podía traer a todas las brujas del mundo para unirse a su causa, solo que ella no lo sabía, era el secreto que nunca su madre le contó. 

-Por la sangre de mi madre, por el cuerpo de mi padre, Me vengaré hasta verte morir…

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